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24. Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos


JUAN PABLO II

ÁNGELUS
Domingo 31 de agosto de 1986


24. Vigésima cuarta Letanía: Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, ten piedad de nosotros

1. Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos.
Jesús de Nazaret, el que durante la última Cena dijo: "Esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre derramada por vosotros".

Jesús: sacerdote fiel, que mediante su propia sangre entra en el tabernáculo eterno.
Jesús: sacerdote, que según el orden de Melquisedec nos deja su sacrificio: haced esto... : ¡Jesús - Corazón de Jesús!

2. Corazón de Jesús en Getsemaní, que "se entristece hasta la muerte", que siente el "peso" terrible. Cuando dice: "Todo te es posible; aleja de mí este cáliz" (Mc 14 36), Él sabe, al mismo tiempo, cuál es la voluntad del Padre, y no desea otra cosa que cumplirla: derramar el cáliz hasta el fondo.
Corazón de Jesús, despedazado con la eterna sentencia: efectivamente, Dios ha amado tanto al mundo hasta dar su Hijo unigénito...

3Tantos siglos antes lo había dicho Isaías:

"Pero fue Él ciertamente quien soportó nuestros sufrimientos / y cargó con nuestros dolores, / mientras que nosotros le tuvimos por castigado, / herido por Dios y abatido" (Is 53, 4). Él se ha inmolado por nuestros delitos; y, sin embargo, ¿no decían en el Gólgota: "Si eres hijo de Dios, baja de esa cruz" (Mt 27, 40)?

4Así decían: Y, sin embargo, el Profeta sabía. Y, sin embargo, Isaías decía..., tantos siglos antes: "Fue traspasado por nuestras iniquidades / y molido por nuestros pecados... / Todos nosotros andábamos errantes como ovejas, / siguiendo cada uno su camino; / y Yavé cargó sobre Él / la iniquidad de todos nosotros... / Fue arrancado de la tierra de los vivientes / y herido de muerte por el crimen de su pueblo" (Is 53, 5-8).

5. ¡Despedazado por nuestros delitos!
Corazón de Jesús, despedazado por los pecados...
Los sufrimientos de la agonía abrazan gradualmente todo el cuerpo del Crucificado. Lentamente la muerte llega al corazón.
Jesús dice: "Todo está cumplido".
"Padre, en tus manos entrego mi espíritu" (Lc 23, 46).
¿Cómo iban a cumplirse las escrituras diversamente?
Cómo iban a cumplirse diversamente las palabras del Profeta que dice: "El Justo, mi Siervo, justificará a muchos... Se cumplirá por su medio la voluntad del Señor" (cf. Is 53, 11).
¡La voluntad del Padre! ¡No la mía, sino tu voluntad!

5. Nos hemos unido en la oración
contigo, Madre de Cristo:
contigo, que has participado
en sus sufrimientos ("conduluit")... 
Tú nos conduces al Corazón de tu Hijo 
agonizante en la cruz:
cuando en su despojamiento
se revela hasta el fondo como Amor.
Oh Tú, que has participado
en sus sufrimientos,
permítenos perseverar siempre
abrazando este misterio.
¡Madre del Redentor!
¡Acércanos al Corazón de tu Hijo!


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Fuente:
www.vatican.va

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