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¡Felicidades P. Marvin Quispe S.J.!
Compartimos la nota del P. Rómulo Franco, S.J.
La ordenación de Marvin Quispe Ochoa (Huanta 1974) el sábado 12 en la Iglesia de San Pedro en Lima, presidida por Mons. Pedro Barreto, fue una gran alegría para los jesuitas peruanos. Desde que fue ordenado diácono al terminar sus estudios de Teología en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Marvin realiza sus labores pastorales en el Colegio de la Inmaculada. Asistieron sus papás y hermanos, junto a numerosos sacerdotes, Hermanos y estudiantes jesuitas. El templo se fue llenando poco a poco de amigos y amigas de Marvin y de la Compañía, notándose una presencia significativa de alumnos y exalumnos suyos en el Colegio de la Inmaculada. Se sentía el aprecio y la admiración que Marvin ha hecho crecer en nosotros todos estos años. Al final de la ceremonia, Marvin leyó unas palabras, a modo de diálogo con sus padres y hermanos presentes en primera fina, recordando sus años en Huanta y Huamanga, que nos llegaron hondo al corazón:
GRACIAS
P. Marvin Quispe, S.J.
Te acuerdas querido hermano cuando fuimos niños y corríamos por la chacra entre los maizales y aquellos árboles que nos regalaban su sombra mientras reíamos y jugábamos. Era sábado y nos acompañaba el olor de aquella mañana que sabía a esperanza. Te acuerdas querida hermana cuando acompañábamos a nuestro padre en las labores de la chacra mientras nuestros piececitos sentían el frío del agua cuando en nuestra inocencia queríamos detener su avance en el riego. Era una mañana y estaban allí el agua, el olor a tierra mojada, el verde del sembrío joven y el canto de confianza que desbordaba nuestro corazón…
Se acuerdan queridos padres cuando salíamos de casa aquellas mañanas hacia la plaza de nuestra querida Huanta para escuchar misa y presentar a Dios nuestras vidas y sus trabajos como profesores. Por aquellas callecitas pequeñas el saludo de sus alumnos revelaba cercanía, respeto y cariño. Estábamos allí en aquella iglesia donde nos enseñaron a rezar, a pedir, a reconocer el amor de Dios en nuestras vidas pidiendo por sus alumnos que eran perseguidos en los años de violencia. Estábamos allí con miedo, con cierta angustia pero se podía oler y sentir aquella fe de nuestro pueblo… podíamos sentir la vida.
Se acuerdan aquella mañana cuando salimos rumbo a Huamanga dejando atrás muchas cosas. Tuvimos que salir temprano lo hicimos porque la violencia fue más fuerte que nuestros sueños y golpeó nuestra esperanza. Junto a las pocas cosas que llevamos iba con nosotros no solo miedo y angustia sino también la esperanza… era una mañana y nos despedían muy tristes aquel río, aquellos cerros, aquellas caminitos por donde nunca más volveríamos a caminar.
Hoy es sábado y estamos aquí, es sábado y es de mañana y no estamos solos. Estamos aquí y con nosotros el olor a vida, el verde de la joven siembra, nuestra fe labrada en un hogar ayacuchano, nuestros miedos y angustias. Estamos aquí querida familia, ustedes, mis compañeros jesuitas, amigos y compañeros de camino. Estamos aquí para agradecer, para reconocer que Dios ha estado grande con nosotros, para reconocer su presencia en nuestras vidas. Para sentir y gustar de su amor y misericordia.
Gracias por estar conmigo este tiempo. Gracias queridos padres por la vida que me dieron, gracias queridos hermanos por estar conmigo en todo este tiempo, gracias quiero dar a mis compañeros jesuitas por ayudarme a educar el corazón…no me alcanzará el tiempo para nombrar a todos. Gracias en especial a aquellos que me dieron la oportunidad de abrir mi corazón y ver cómo Dios va actuando en mi vida.
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Les envío tambien el link para que puedan ver la ceremonia en el video que ha filmado y editado el Hno. Víctor Atausupa SJ:
http://www.youtube.com/watch?v=8L-862r_QIU
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Agradecemos al P. Rómulo Franco S.J. por compartir esta nota.
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mensaje muy bueno que me hizo retornar a mi infancia feliz.....gracias Hermano por como eres....gracias a los jesuitas que te acompañaron en tu formación...gracias a la vida por ser tan bella...
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